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sábado, 24 de noviembre de 2012

El calendario Azteca: Tiempo e Imagen Circular

La Piedra del Sol
Un Mandala de la Cultura Universal

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha unido sus creencias religiosas y sagradas con el ejercicio artístico: arte, credo y cultura han ido de la mano por milenios.
Cada grupo humano tuvo sus particulares formas de poner en relación estos aspectos de la vida; sin embargo, muchas de estas manifestaciones artísticas primigenias tienen algo en común: el círculo, como figura, ocupa en ellas un lugar primordial. Muchas veces diagrama las imágenes, muchas otras esconde misterios, significados secretos, llaves de conocimiento.
En este post traemos nuestra lectura personal acerca de una pieza única que se ha convertido en parte constituyente del legado cultural de toda la humanidad: La Piedra del Sol o también (mal) llamada El Calendario Azteca.


La Piedra del Sol es un antiquísimo disco monolítico de basalto que porta inscripciones alusivas a la compleja cosmogonía mexica y sus cultos solares.




Como dijimos más arriba, se la suele  llamar por error Calendario Azteca, pero su verdadero significado en lengua náhuatl es "Sol de Movimiento". Esta piedra habría sido tallada hacia el 1479 en el Templo Mayor de México Tenochtitlan y permaneció oculta hasta 1790 luego de haber sido derrumbada durante la conquista de México.
Su nombre se encuentra en estrecha relación con la forma en la que está diseñado el disco, circularmente, y fundamentalmente con la cosmogonía del pueblo azteca o mexica que mide sus ciclos temporales de forma circular y solar.
La piedra del sol ha sido, desde hace ya muchos años, objeto del incansable estudio de numerosas ciencias y disciplinas, desde la Arqueología, la Historia, la Astrología, pasando por  los estudios de Predicción no Demostrada como la Numerología, el Horóscopo, etc.
No reproduciremos aquí el significado que las sociedades actuales han dado a los símbolos que pueblan este disco tallado, lo que sí haremos es comentar por qué nos ha llamado tanto la atención esta obra de arte:

La presencia del círculo siempre es mágica, tiende a llevarnos un poco más allá, a cruzar los límites de la percepción visual más usual y cotidiana. El círculo se nos muestra imponente, no queda más que observar La piedra del sol, uno de los múltiples ejemplos en el arte de la humanidad entera, para notarlo.
El arte mandálico, en tanto representación esquemática sagrada del cosmos, pertenece a la cultura budista e hinduista; pero la presencia de estas configuraciones mandálicas en las obras artísticas aparece en gran parte de las culturas antiguas del mundo, la mayoría de las veces relacionada con el culto propio de esa sociedad.

La mandorla del arte cristiano medieval, algunos laberintos en el pavimento de iglesias góticas, los rosetones de hermosas y reconocidas catedrales, las chacanas del mundo andino, son algunas de las pruebas de cómo las imágenes circulares, concéntricas, sugieren esta idea de perfección a la que se ha asociado el círculo.

La equidistancia respecto a un centro, pero también la libertad dentro del círculo que se forma (como es el caso de los zendalas) está estrechamente relacionada a la idea del eterno retorno, donde los tiempos, la naturaleza y los espacios son cíclicos.
La Piedra del sol fue pensada, según indican los estudiosos del tema, en directa relación con esta idea de un tiempo cíclico, donde no habría un sólo fin sino varios y donde el tiempo (no lineal, no cronológico) cobra una dimensión muy distinta a la de nuestra actual concepción.
Por lo tanto, La Piedra del sol con forma mandálica en su materialidad y con significado sagrado en su experiencia cultural, es uno de los más bellos ejemplos de cómo las civilizaciones del mundo se relacionan y conectan, más allá de su lejanía en el orbe y en el tiempo.
Este grabado antiguo además de haber sido la expresión sublime de un pueblo, de nada más y nada menos que su cosmogonía, es decir, del inicio de sus tiempos y el relato de ese inicio, es una obra de arte que nos muestra el grado de importancia que la figura circular tenía en la antigüedad.
Rescatamos entonces la presencia de ese mundo mandálico en la cultura azteca, pues rescatamos también aquello que de intrínseca y maravillosamente sagrado tienen todas las manifestaciones de la cultura, más allá de las creencias o de las ideas de su pueblo.
Este Blog intenta acercarles aquello que se relaciona -o encontramos, o creemos, relacionado- con los Mandalas y Zendalas. El aporte de hoy proviene desde nuestra preciosa América. 

                          


lunes, 12 de noviembre de 2012

La leyenda del Caldén, un árbol con gran significado para mi


La leyenda del Caldén


Un hermoso árbol y una hermosa historia


  
Cuando comencé con este proyecto, cuando la idea de reunir en un libro los Mandalas y Zendalas que venía pintando desde hacía ya un año empezó a formarse, también emprendí la gratificante tarea de pensar qué eventos, sensaciones, imágenes, objetos, historias seleccionaría como más identificatorias para construir de forma personal esta propuesta artística.

Entre todos ellas el árbol del caldén asomaba a mi corazón de forma muy especial, dentro de mis recuerdos y vivencias con la naturaleza, con la cual permanezco siempre en contacto, agradecida, pues nos devuelve muchísimo ¡y es  tan sabia!.

A raíz de esta belleza de árbol decidí, en parte, el nombre que identificaría a este proyecto, digo en parte porque éste se encuentra en constante movimiento y cambio, generando cosas nuevas, yendo y volviendo sobre sus pasos, creando caminos y emprendiendo, siempre, nuevas búsquedas, 

Los invito a leer  una de las  versiones de la leyenda del caldén, una hermosa historia para un hermoso árbol de nuestra tierra.


La Leyenda del Caldén (huitrú)

(Por Alicia V. Villapol de Cardoso - Icha)


En una pacífica tribu ranquelina mapuche, de las tantas que habitaban LA PAMPA vivía Huitrú, un peñí que correteaba como todos, por esta mapu que le pertenecía.
Era hostil y rebelde y, aunque pequeño, se daba cuenta de las penurias, sufrimientos y persecuciones de las que eran objeto.
Fue creciendo. Se convirtió en un joven fuerte y valeroso, con un solo ideal defender a su raza de las opresiones. Por esta causa fue perseguido y hostigado por sus caiñé.
Un día, al resistirse al saqueo de la toldería, fue capturado y mostrado como trofeo por sus adversarios, llevándolo lejos del lugar.
Esa misma noche, amparándose en la oscuridad reinante, logró escapar para buscar ayuda en otras tribus cercanas.
Cuando sus caiñé notaron que el indómito y bravo joven se había fugado, comenzaron a perseguirlo.
En su huida, Huitrú no se dio cuenta que se internaba cada vez más en el corazón del monte pampeano. En un momento se encontró enredado en unos bajos y enmarañados arbustos, y por más que luchó no pudo desligarse de sus ataduras.
Estaba sediento. Su cuerpo sangraba por las heridas que habían provocado las ramas y las relín. Su mollfun iba filtrándose en el suelo y atándolo cada vez mas.
Al verse perdido se encomendó a su Dios, guitu wuta chao, para que amparara a su raza a costa de su propia vida y, por un designio de éste, se lo vio de pronto convertido en un árbol frondoso, destinado a brindar alimento y sombra a sus peñi y a los animales, que serian los encargados de multiplicarlo por toda La Pampa.
A
l amanecer, cuando sus hermanos y sus adversarios aún lo buscaban, sólo hallaron un imponente árbol en medio de estas extensas llanuras. El huitrú tenía las ramas cubiertas de relín, para defenderse de quienes lo quisieran cortar, y su mollfun se había convertido en una larga raíz buscando agua para saciar su sed, en lo más profundo de la mapu y poder aferrarse al hué que lo vio nacer. En el tronco se notaban las heridas sangrantes que el mapuche se hizo al huir.

Así como Huitrú (caldén) arraigado a este suelo, su raza sigue luchando por los derechos en estas tierras, afirmándose con fuerza y valor. Por eso, cuando se destruye un caldén, se mata un antepasado.

GLOSARIO

Peñí: Hermano
Nollfun: Sangre. ICHA 8-8-98
Mapu: Tierra. Alicia B.Villapol de Cardoso
Huitrú: Caldén. Maestra integradora- Esc.N0 205
Caiñé: Enemigo TOAY- ( L P.)
Hué: Lugar.
Relín: Espina
Mapuche: Gente de la tierra.

Colaboró en la realización del Glosario, la señora Ermelinda Dip de Gómez, descendiente de ranquel mapuche
.

Mandalas Sensibles: El Libro


 ¿Cómo nace el libro Mandalas Sensibles?



Durante mucho tiempo trabajé como docente, con una carga horaria que no me permitió dibujar y pintar. Es posible que por ese motivo tuve retenido el deseo de expresarme creativamente; después de jubilarme y pasar por distintos periodos de enfermedad, cuidar y acompañar a mis padres, que fallecieron siendo muy longevos, entre tantos otros caminos de la vida, aparece esta necesidad de expresarme bajo la forma de Mandalas y Zendalas.

En el primer año de esta nueva experiencia dibujé 300 Mandalas, casi uno por día, teniendo en cuenta lo que C. G. Jung aconsejaba. Realizar esta actividad de pintar o dibujar a diario nos mejora antes de salir de casa, nos ayuda antes de tomar importantes decisiones, etc.

Algunas personas cercanas me dicen habitualmente que debo haber tenido otras vidas, que soy una "re-encarnada", porque puedo dibujar  Mandalas y Zendalas sin utilizar compás o regla y todos presentan una exactitud casi matemática.

La lectura del "Libro Rojo" de Carl Gustav Jung tuvo mucho que ver con todo este proceso: es la clave para saber y entender un poco más sobre estos dibujos en círculos, altamente significativos y que han sido realizado por culturas muy antiguas.

Jung dibujaba en una libretita mientras estaba en las trincheras, sus bosquejos luego se convertían en hermosas obras de arte, pues los finalizaba cuando volvía a su  preciosa casa en Bollingen, Suiza. A través de sus Mandalas Jung vaticinó las guerras.

Con una prolijidad extrema, este gran pensador y artista dibujó y pintó a orillas del lago de Zürich, también era un dotado para la caligrafía que podemos observar en el “Libro Rojo” que salió a la luz recién en el año 2008 y que ha sido traducido a todos los idiomas, después de haber permanecido oculto en una bóveda por 50 años.

Desde el año 2009 sigo pintando Mandalas y Zendalas. En el año 2010 escribí ideas para hacer libros sobre ellos con indicaciones simples y didácticas, para que todos puedan disfrutar de este mágico arte.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sensibilidad en el trazo y en la palabra

 El haiku y la imagen poética
Por Ana Piva

Luego de tanta lluvia y tantas nubes quiero compartir con ustedes algunas palabras, para que sean ellas las que nos traigan un poco de sol y despierten en nosotros hermosas imágenes. 
En esta ocasión les propongo la lectura de dos breves haikus que me gusta mucho.
El haiku es una forma de poesía tradicional del Japón que nace, se nutre y expresa la contemplación de la belleza propia de la naturaleza, belleza que atrae irremediablemente al poeta.
Los mandalas y zendalas que como artista plástica he creado tienen en su origen, en sus trazos y en su significado una fuerte conexión con el mundo de lo natural; por lo tanto el haiku es las mejor y más adecuada expresión poética para acompañar estas obras plásticas.
En este post aúno, entonces, dos mandalas  hechos  a mano por mis propias manos con dos haikus del Maestro Matsuo Basho, a quien le debo el conocimiento de esta sencilla y profunda forma poética oriental.
 ¡Espero que lo disfruten!

 
Después de la lluvia   
Reciente, el musgo ha                                                                    
Crecido más verde que nunca.

 
Luna de agosto,
Vagué junto al estanque
la noche entera.                        

lunes, 24 de septiembre de 2012

Ceremonia del té II


La ceremonia del té II



En esta segunda entrega nos adentramos un poco más en la ceremonia del té, sus momentos y lo que ella implica:

El té fue introducido en Japón durante el siglo IX por los monjes budistas de China, donde esta infusión se conocía -según la leyenda- desde hacía milenios. Luego se hizo rápidamente popular en Japón y comenzó a cultivarse de forma local.
En el siglo XII, una nueva forma de té, el matcha, se introdujo en Japón: este polvoriento té verde, extraído de la misma planta que el té negro, pero sin fermentar, fue usado en rituales religiosos de los monasterios budistas. Para el siglo XIII, los samurái comenzaron a preparar y beber matcha erigiendo así los pilares de esta ceremonia; llegado el siglo XVI el té ya se había extendido a todos los niveles de la sociedad japonesa. 
Sen no Rikyu, quizás la más conocida y respetada figura histórica en la ceremonia del té, introdujo el concepto de ichi-go ichi-e ("un encuentro, una oportunidad"), una creencia basada en que cada encuentro debería ser atesorado ya que no podría volver a repetirse. Los principios que, como maestro, asentó respecto al ritual son cuatro: armonía, respeto, pureza y tranquilidad  y constituyen aún hoy, el centro de la ceremonia del té.
Sus enseñanzas derivaron en el desarrollo de nuevas formas artísticas que incluyeron desde arquitectura hasta enormes jardines y prácticas de artes marciales
De esta forma, la ceremonia del té fue evolucionando de a poco en una práctica que contaba con su propia estética, mayoritariamente asociada al  wabi, cuyo significado se asemeja al de sobriedad pero que también implica un gusto que celebra la belleza humilde, moderada, simple y natural.
La ceremonia de té, que en japonés recibe el nombre de chanoyu, consta de los siguientes momentos, aunque debemos decir que existen muchas formas de celebrar este ritual según la escuela en la que se sitúe el 

Materiales y equipos
    
-La sukiya o casa de té donde se acostumbra a llevar a cabo la ceremonia. Consiste en una sala de ceremonias, propiamente dicha (cha-shitsu), una sala para los preparatios (mizu-ya) una sala de espera (yoritsuki) y un camino de acceso (roji) flanqueado por un jardín, que acaba en la puerta de la casa de té. Dicho edificio suele estar situado en una zona arbolada.

-Los utensilios principales son el cha-wan (tetera), el cha-ire (recipiente para ele té), el cha-sen (agitador especial de bambú) y la cha-shaku (cucharón de servir, de bambú). 

-Para las ropas, se prefieren los colores poco llamativos. Los invitados deben traer un pequeño abanico plegable y unas cuantas kaishi (servilletas de papel pequeñas), cada uno.

La ceremonia en sí

La ceremonia consiste en las siguientes fases: a) una comida ligera, llamada kaiseki; b) el naka-dachi, o pausa intermedia; c) el goza-iri, que es la fase principal de la que se sirve un tipo de té espeso y f) el usucha, fase final, en la que se sirve té claro. La ceremonia completa dura unas cuatro horas, aunque muchas veces se limita a la última fase o usucha, que dura alrededor de una hora.

Primera fase y kaiseki

Los invitados, en número de cinco, se reúnen en la sala de espera. El maestro de ceremonias aparece y los conduce por el camino del jardín hasta la sala de ceremonias. A un lado del camino hay un recipiente de piedra con agua fresca en el que los invitados se lavan las manos y se enjuagan la boca. La entrada a la sala de ceremonia es muy baja, lo cual quiere decir que los invitados tienen que entrar a gatas, como gesto de humildad. 
En la sala hay un horno de albañilería fijo o bien un brasero portátil, para calentar el agua. Cada invitado se arrodilla ante la capilla o tokonoma y hace una reverencia respetuosa. A continuación, con su abanico plegble colocado ante sí, admira la estampa o pintura colgada en la pared de la tokonoma. Luego hace las mismas operaciones ante el hornillo o brasero. Una vez que todos los invitados han terminado de admirar estos artículos, se sientan; el invitado principal se coloca más cerca que los demás del maestro de ceremonias. Una vez que éste y los invitados han intercambiado las cortesía de rigor, se sirve la kaiseki, que termina con unos dulces a manera de postre.

Segunda fase o Nakadachi

Cuando el maestro de ceremonias lo indica, los invitados se rertiran a un banco destinado a ello, colocado en el jardín interior que rodea a la casa de té.

Goza-iri

El anfitrión hace sonar un gong de metal, situado cerca de la sala de ceremonias, con lo cual indica el principio de la fase principal del rito. La costumbre establece que el gong se haga sonar cinco o siete veces. Un ayudante retira las persianas de juncos que cubren las ventanas por fuera, con el fin de dar más luz al interior. A continuación, entra el maestro de ceremonias, que lleva en sus manos la tetera, con el agitador de bambú dentro y el cucharón de bambú encima.
Los invitados admiran un adorno floral y la tetera. El maestro se retira a la sala de los preparativos y no tarda en volver con el recipiente para el agua sobrante, la cuchara y el soporte para la tetera o la cuchara. A continuación, limpia el recipiente del té y el cucharón con un paño especial que recibe el nombre de fukusa y enjuaga el agitador en el cuenco del té, después de verter en éste agua caliente del recipiente colocado al fuego. Luego, vierte este agua en el recipiente destinado a ello y limpia el cuenco con el chakin (paño de hilo).

El maestro de ceremonias levanta el cucharón y el recipiente del té y coloca el matcha (tres cucharadas por invitado) en el cuenco ; a continuación, llena el cucharón de agua caliente, que toma del recipiente colocado al fuego, vierte un tercio del agua en el cuenco y devuelve el resto al recipiente. Luego agita la mezcla con el agitador de bambú, hasta que adquiere un aspecto y consistencia similar a una sopa de guisantes espesa. 
El maestro de ceremonias coloca el cuenco en su lugar correcto cerca del brasero o el hornillo y el invitado principal se desplaza sobre sus rodillas para tomar el cuenco. Este invitado hace una inclinación a los demás y coloca el cuenco en la palma de su mano izquierda, al tiempo que lo sujeta por uno de los lados con la derecha. Toma un sorbo, alaba su sabor y toma otros dos o más sorbos. Luego limpia la parte del borde que ha tocado con los labios, sirviéndose de una de las servilletas de papel (kaishi) , y pasa el cuenco al invitado siguiente que repite las operaciones del invitado principal. El cuenco pasa luego sucesivamente a los demás invitados hasta que todos han bebido su parte del té. Una vez que ha terminado el último invitado, éste devuelve el cuenco al invitado principal, que lo entrega al maestro de ceremonias.
       
Usucha

Se diferencia del koicha sólo en que el matcha que se utiliza está hecha de las hojas jóvenes de plantas que tienen entre tres y quince años de edad. La mezcla verde que se consigue así tiene consistencia espumosa.


Una vez que el maestro de ceremonias ha sacado los utensilios de la sala, hace una reverencia en silencio ante los invitados con lo cual indica que el rito ha terminado.
Los invitados entonces abandonan la sukiya, seguidos por la mirada del maestro de ceremonias.
  
¡¡¡Espero les haya gustado este nuevo post!!!
Esperamos sus comentarios, dudas y aportes.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ceremonia del Té I


LA CEREMONIA DEL 
:
UNA COSTUMBRE JAPONESA  Y DEL
MUNDO
Por Antonella Paltrinieri Fissore

En esta entrega les traemos una breve introducción a la puesta en práctica (casi en escena) de la Ceremonia del Té que se realiza, entre otros lugares de Asia, en Japón. Hablaremos un poco de su importancia en la cultura zen y porqué es considerada por ésta como un arte.

Este post es para nosotras una de las formas de poner en el Blog esos pequeños rituales que nos han acompañado en nuestra vida diaria, personal y de trabajo desde que Ana Piva tuvo la magnífica idea de unir todos aquellos Mandalas que venía creando desde hace años con la meditación. La idea comenzó a tomar más cuerpo cuando nació la necesidad de compartir  todos estos sentimientos, dibujos, colores, impresiones y palabras con el mundo.
En nuestros días de labor conjunta, por lo general los jueves, a media mañana hacemos una pausa y tomamos un té, siempre distinto, siempre acompañado por una charla animada en la cual, entre otras cosas, seguimos creciendo como personas y alimentando este proyecto.
Creemos que este Blog, y esta propuesta en su conjunto, puede resultar un espacio en donde comencemos, Uds. y nosotras, a conocer y adentrarnos cada vez más en expresiones artísticas y culturales alternativas, lejanas, nuevas, resignificadas. Creemos también que existen numerosas manifestaciones, formas, concepciones sobre el arte que nos llegan de manera muy reducida o siempre vistas desde una mirada occidental; acercarnos a esas otras facetas de la cultura es también nuestro propósito.
Por todo esto, por que es más que una “actividad” de nuestra vida, por que es un momento que compartimos y que nos alegra, que nos nutre y nos llena como seres humanos y, también, por que es para la cultura zen una forma de arte, hoy hacemos la primera entrega sobre la Ceremonia del Té en Japón.

Para poder bucear un  poco en este hermoso, pausado y puntilloso rito, primero diremos algunas palabras sobre la escuela de meditación que otorgó a esta ceremonia el nivel de un arte: El zen, escuela del budismo mahāyāna. El término zen representa la pronunciación en japonés de la palabra china chan, que a su vez deriva de la palabra sánscrita dhiana, que significa "meditación".
Es un modo de vida, y como tal busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional; surge desde -y representa también- un abanico muy amplio de escuelas del budismo.
Fue registrado primero en China en el siglo VII, luego se dispersó hacia el sur a Vietnam y al este a Corea y Japón. En Occidente es una de las escuelas del budismo más conocidas y apreciadas.
El arte zen contiene y promueve una serie de prácticas artísticas que en Occidente no suelen ser consideradas como tales, aquí algunas de ellas: 
  • Hanshan (Poesía chan)
  • Haiku (Poemas)
  • Sumi-e (Pintura y caligrafía con tinta)
  • Ceremonia del té japonesa
  • Ikebana (Arte Floral)
  • Shodō (caligrafía)
  • Karesansui (Jardín zen)
  • Noh (drama japonés)
  • Origami (trabajo con papel)
  • Budō (artes marciales con base espiritual)
  • Kyudo (camino del arco); Kendō (camino de la espada)
  • Karate Do (camino de la "mano vacía")
  • Aikido (camino de la unión con la energía/ espíritu universal)
  • Gendai budo (conjunto de las artes marciales tradicionales japonesas modernas)

Como hemos visto la Ceremonia Japonesa del Té es parte de esta selecta lista y consiste fundamentalmente en una forma ritual de preparar el té verde o matcha, sirviéndolo a un pequeño grupo de invitados en un entorno tranquilo. Como ritual es una manifestación significativa de la historia y la cultura japonesa tradicional.
De manera muy general podríamos diferenciar dos tipos de Ceremonia, en las que profundizaremos en el próximo post:

1) El Cha-no-yu ("agua caliente para el té") que se refiere usualmente a una ceremonia individual.

2) El Cha-ji que alude a una ceremonia del té completa, incluyendo una comida liviana (kaiseki), té ligero (usucha) y té espeso (koicha), rito que se prolonga aproximadamente cuatro horas.
Finalmente nombraremos el Sadō o chadō (camino del té) que vendría a conformar una especie de doctrina acerca de esta ceremonia. Este "manual", por llamarlo de una manera usual, es fundamental para quienes realicen el convite, ya que deben estar familiarizados con la producción, los tipos de té y sobre todo con un amplio abanico de otras disciplinas y artes tradicionales que complementan el servicio.

La ceremonia del té es un arte que se estudia y que puede llevar gran parte de la vida; incluso, para participar como invitado en un espacio formal se requieren conocimientos de los gestos y posturas adecuados, de las frases que se esperan, la manera apropiada de beber y de los dulces que acompañarán la bebida. La conducta dentro de la realización de esta ceremonia es parte fundante y principal del producto estético que se logrará.
Ofrecer la ceremonia del té es uno de los signos más grandes de hospitalidad en la cultura japonesa, y seguramente, de todo el mundo.Si bien está constituida por pasos, utensilios y fórmulas bastante determinadas invitamos a todos aquellos que gozan de los sabores, aromas y recuerdos que trae esta infusión a recrear este rito de la manera que más le guste, para así hacer de esta experiencia un momento renovador.

Por esos momentos renovadores, acompañados de mandalas y música, agradezco a Ana Piva quien siempre me espera con las tazas listas.

martes, 28 de agosto de 2012

Bienvenida


¡Bienvenidos todos!



Mandala significa círculo sagrado, los primeros mandalas figuran en textos muy antiguos. El espacio de estos es nombrado como “el espacio sagrado”,
 por lo tanto la lectura de su simbolismo puede estar indicando predicciones.

En cada uno de estos dibujos circulares aparece una etapa dentro de otra, y posibilitan una conexión emocional con el interior personal, 
por lo que resulta un ejercicio de instrospección.


El intentar crear mandalas puede desembocar en caminos desconocidos ya que en distintos niveles visuales estos dibujos pueden representar un diagrama cosmológico
De esta forma, el mandala puede ser entendido como una arquitectura divina que produce un diálogo entre la expresión plástica y la interioridad.


 La posibilidad de observar estos nuevos dibujos equidistantes permite a todos disfrutar de una gran experiencia que es la meditación.